"Si puedes soñarlo, puedes hacerlo"

martes, 23 de diciembre de 2014

Condromalacia rotuliana


La Condropatía Rotuliana hace referencia a la lesión del cartílago articular de la rótula que se manifiesta con dolor en la parte anterior de la rodilla, se clasifica en cuatro grados según su extensión y severidad.
Durante muchos años se han producido errores al usar el término Condromalacia Rotuliana, y aplicarlo a todos los cuadros de dolor anterior de la rodilla. En la actualidad se prefiere usar el término “Condropatía”, en  referencia a los casos en los que el dolor es producido por una lesión del cartílago.

Este Síndrome Femoropatelar que es uno de los procesos traumatológicos más frecuentes tanto en deportistas como en no deportistas, es debido a múltiples causas. La Condropatía Rotuliana está facilitada por los traumatismos y movimientos repetidos de la rodilla que producen compresión del cartílago, por factores estructurales como la alineación de la rodilla o la posición de la rótula, por insuficiencia de la vascularización del hueso bajo el cartílago, o por factores personales del paciente que facilitan la degeneración del cartílago.


En el cuadro clínico no siempre existe una correlación entre las manifestaciones clínicas y el grado de lesión anatómica, es decir, que pueden existir procesos muy dolorosos, incluso invalidantes, con una afectación mínima del cartílago.
Clínicamente, mediante la exploración física, es muy difícil distinguir la Condropatía Rotuliana de otros procesos que producen dolor anterior de la rodilla. Se espera que las mejoras en la definición de la resonancia utilizando técnicas como Artro-resonancia (Suma de imágenes de Resonancia y TAC tras inyectar contraste en la articulación) y con Resonancias Magnéticas de alto campo, permita el diagnóstico de estas lesiones sin tener que recurrir a la artroscopia exploradora, técnica que en la actualidad marca el diagnóstico definitivo de Condropatía Rotuliana.

Tratamiento fisioterápico

El primer paso en el tratamiento es solucionar los factores que desencadenan o agravan el cuadro: desalineación de la rodilla, rótula alta, obesidad, meniscopatía…
Podemos distinguir dos orientaciones distintas en función del objetivo pretendido.

1.       Terapia analgésica y antiinflamatoria en la fase aguda:
-   Electroterapia; microondas, ultrasonidos, iontoforesis, láser sobre puntos dolorosos, TENS, Interferenciales bipolar y tetrapolar…
-          Masoterapia; de descarga, en especial sobre el cuádriceps y el tensor de la fascia, drenaje en lucha contra la hidrartrosis, desfibrosante…
-          Hidroterapia; baños calientes con masajes y movilización activa bajo el agua en suspensión y en descarga.
-          Termoterapia; infrarrojos y parafango.
-          Crioterapia

2.       Tratamiento reeducador y potenciador en la fase subaguda:
En esta fase cobra una gran importancia la exploración física del paciente y su morfotipo, pues ello nos permitirá un tratamiento individualizado y personalizado, y en ningún caso estandarizado. No tenemos que olvidarnos de trabajar la propiocepción sobre todo en tratamientos largos y limitantes.
Como fisioterapeutas tenemos que cuidar que nuestros pacientes cumplan unas reglas mínimas para llevar una buena higiene de vida:
-          Evitar flexión y extensión de rodilla en carga como la posiciones de cuclillas, de rodillas...
-          Evitar ascenso y descenso repetido de escaleras.
-          Moderar u orientar la práctica deportiva; corregir gestos deportivos dañinos para la articulación  
-          Vigilar la dureza del terreno y controlar pliometrías.

Fuentes:

miércoles, 17 de diciembre de 2014

¿Qué es un esguince?

Todos hemos escuchado alguna vez la palabra esguince, y más de uno a padecido alguna que otra pero no todo el mundo sabe exactamente que es un esguince. Uno de los esguinces más típicos es el de tobillo, pero también podemos encontrar un esguince de rodilla, de muñeca, cervical...
¿Dónde podemos tener un esguince?

En cualquier articulación. Concretamente en el ligamento. Los esguinces más comunes suelen ser en los tobillos. Pero también podemos sufrir un esguince en la muñeca por una caída sobre la mano. En el pulgar o en la rodilla también suele ser común entre los que esquían o el famoso esguince cervical tras un accidente de tráfico. 
¿Qué es lo que ocurre en el esguince?

Para que entendamos qué pasa cuando nos torcemos el tobillo, debemos saber primero que son las articulaciones. 
Llamamos articulación a la unión de cada 2 o más huesos. Rodeando a cada articulación tenemos una serie de ligamentos: son “cuerdas” que impiden que los huesos hagan los movimientos que no queremos que hagan. Por ejemplo: un dedo nos interesa que se flexione hacia delante para poder agarrar cosas, por lo tanto nuestras “cuerdas” estarán colocadas a los lados de la articulación para que el dedo no se desplace lateralmente. 
Estas “cuerdas” o ligamentos son en realidad unas bandas de fibras rígidas y no solo las encontramos en las articulaciones, también sujetan nuestras vísceras, entre otras. 
Lo que ocurre durante un esguince, es que alguno o todos los ligamentos que rodean a la articulación se estiran en exceso y presentan ruptura de alguna de sus fibras. El ejemplo típico sería el esguince de tobillo:
Rodeando al peroné tenemos cuatro ligamentos que impiden que el peroné se separe en exceso de sus huesos vecinos: el tibio-peroneo que une la tibia y el peroné, los ligamentos peroneo astragalino anterior y posterior que unen el peroné y el astrágalo por delante y por detrás; y finalmente el peroneo-calcaneo, que como habrás adivinado ya, une el peroné con el calcáneo. 
Cuando nos torcemos el tobillo estos ligamentos que admiten cierta tensión pueden o no lesionarse. En ocasiones puede lesionarse solo uno de ellos o en el peor de los casos, que se desgarren todos, esto depende de la brusquedad y fuerza del movimiento que lo haya producido.
¿Por qué a unos les escayolan y a otros les vendan?

No tenemos un solo ligamento y no siempre se lesiona la misma cantidad de ligamentos ni se afecta la misma cantidad de fibras. Por lo tanto, el tratamiento de cada esguince será más leve o más limitante en función de la gravedad del esguince. 

¿Cómo de grave puede ser un esguince?

 Un esguince puede ser leve (I), moderado (II) o grave (III) en función del estado de los ligamentos. Clínicamente los esguinces se clasifican en tres tipos:
-Grado I: el ligamento está distendido, no ha llegado a romperse. 
-Grado II: habrá rotura parcial del o de los ligamentos.
-Grado III: el/los ligamentos se han roto y se posible arrancamiento óseo



Las fases del esguince de tobillo son:
  1. El esguince de tobillo se produce por el movimiento de mayor o menor violencia de inversión o eversión forzada.
  2. Los ligamentos internos o externos son distendidos progresivamente.
  3. si la distensión y el desplazamiento prosigue, la resistencia del ligamento será sobrepasada, entonces se desgarrará parcial o totalmente, sea en su continuidad o en algunas de sus zonas de inserción óseas. A veces puede arrancar un pequeño segmento óseo de la zona de inserción, lo cual se detecta con una radiografía.
  4. Si el movimiento de inversión o eversión continúa, al desgarro de los ligamentos del tobillo le sigue el de la cápsula articular y de las fibras de la membrana interósea.
  5. Si la inversión o eversión es llevada a un grado máximo de desplazamiento, el astrágalo es arrastrado a rotación externa o interna; al girar el astrágalo afectará a la mortaja tibioperonea. Como consecuencia puede producirse un esguince de los ligamentos tibioperoneos inferiores, generándose la diástasis tibio-peronea.
  6. Si el movimiento de inversión o eversión prosigue, puede ocurrir:
    • Que el astrágalo choque contra el maléolo tibial y lo fracture (inversión del pie).
    • En su movimiento de inversión y rotación, el astrágalo arrastra al maléolo externo o peroneo al cual se encuentra sujeto por los ligamentos; le imprime un movimiento de rotación y lo fractura, generalmente por encima de la sindesmosis (fractura suprasindesmal).
    • Si el desplazamiento es en eversión, el ligamento deltoídeo es traccionado, y arranca el maléolo tibial, que generalmente se desplaza y gira sobre su eje.
    • Si la violencia del traumatismo es extrema, el astrágalo ya sin sujeción alguna, se desplaza hacia el plano dorsal del tobillo, mientras la tibia lo hace hacia el plano ventral. El pie se luxa hacia atrás, el maléolo posterior de la epífisis tibial inferior, en su desplazamiento anterior, choca con el astrágalo y se fractura (fractura trimaleolar) con luxación posterior del pie.
    • Puede ocurrir con frecuencia además la luxación lateral interna o externa del tobillo.
    • Como fase final del mecanismo de acción es la luxación completa con exposición exterior, con ruptura de la piel. Tenemos una fractura luxación abierta.
¿Cómo se qué grado de esguince tengo?

Si tienes un esguince de grado 1, podrás seguir andando, pero notarás una molestia. Notarás inflamada la zona del tobillo y puede que aparezca hematoma. 
En el caso del esguince de 2º grado, existirá un dolor muy intenso al mover el pie y la inflamación y el hematoma aparecerán rápidamente tras torcernos el tobillo. 
Si tuvieras un esguince grado 3, no podrías ni posar el pie y habría un hematoma y una inflamación grande.


¿Qué debo hacer?
Las 48 horas tras el esguince son muy importantes. En el caso de un esguince leve o moderado, lo más habitual suele ser el tratamiento conservador que consiste en:
-Hielo: aplicar durante 10 minutos, 3 o 4 veces al día. Cubrir el hielo con un trapo para evitar quemaduras por contacto con la piel. 
-Elevación: mantener elevado el miembro afectado por encima del nivel de nuestro cuerpo (tumbados con el pie en alto, no basta con sentarnos y poner el pie en una banqueta). Ayuda a disminuir la hinchazón y el moretón. 
-Compresión: Vendaje de la articulación afectada de manera que la parte más lejana del cuerpo tenga más presión e irá disminuyendo a medida que se acerque al centro del cuerpo. Evitaremos que el vendaje comprima en exceso para evitar que corte la circulación. 
-Reposo: evita caminar en el caso de un esguince en la extremidad inferior, o usar la mano en el caso de un esguince de muñeca o de dedo. 
Puede que el médico te recomiende tomar algún medicamento como ibuprofeno. El fisioterapeuta o el médico te indicarán cuando puedes comenzar con tus actividades cotidianas y deportivas, para evitar volver a lesionarte. 
Os dejamos un vídeo acerca del tratamiento del esguince de tobillo, esperamos que os sirva: 

Fuentes:
http://www.fisioterapia-online.com/articulos/esguince-que-es
http://www.efisioterapia.net/articulos/tratamiento-esguince-tobillo

jueves, 11 de diciembre de 2014

Tendinitis rotuliana


La tendinitis rotuliana es una de las lesiones más frecuentes en el deporte, como los atletas de saltos que la desarrollan muy a menudo y por eso mismo recibe también el nombre de “Rodilla del Saltador”. Aunque puede presentarse en estos deportistas, el salto no es un gesto específico. El término tendinitis sigue siendo útil para entender que nos referimos a esta lesión, pero en la literatura médica actualizada se está abandonando, siendo más correcto hablar de tendinopatía rotuliana. Esto es debido fundamentalmente a que es una lesión por sobrecarga en la que la inflamación (a la que se refiere la terminación -itis) no es muy evidente.

La presentación clínica es variable, habitualmente se caracteriza por dolor en la región anterior de la rodilla que al principio no impide realizar la actividad, pero a medida que pasa el tiempo, si no es diagnosticada y tratada, progresa de forma que el dolor se hace incapacitante, perdura después del ejercicio, y puede ser molesto incluso para realizar una vida normal, con dolor al caminar, bajar escaleras, estar sentado...

En la exploración física es constante el dolor en la región de la inserción del tendón rotuliano en el polo inferior de la rótula, el rango de movimiento y el aspecto de la rodilla son habitualmente normales. Puede existir pérdida de masa muscular del cuádriceps si el proceso es de larga evolución. 


Deben descartarse otras causas de dolor anterior de rodilla como las bursitis prerrotuliana e infrarrotuliana, las enfermedades de Sinding-Larsen-Johansson y Osgood-Schlatter en adolescentes, el dolor a nivel de la grasa de Hoffa y sobre todo explorarse a fondo la articulación femoropatelar, valorar globalmente el miembro inferior y otras alteraciones biomecánicas que pueden afectar al paciente. Hay que ver si existen contracturas del cuádriceps o isquiosurales asociadas, dismetrías y vigilar la dinámica plantar.
Las pruebas de imagen nos ayudan a estudiar mejor la lesión, ya que una radiografía simple de rodilla con proyecciones anteroposterior, lateral y axial de la rótula, nos permite descartar la presencia de calcificaciones, valorar la altura rotuliana y la situación de la rótula con respecto al surco troclear. El estudio más preciso puede hacerse mediante ecografía y resonancia magnética, ya que al realizar una exploración ecográfica se puede determinar el alcance de la lesión y la situación real del tejido de manera objetiva.

Tratamiento

Actualmente se realizan tratamientos de fisioterapia convencionales cuya eficacia no es la que desearían los pacientes, en algunos se aplican infiltraciones con factores de crecimiento plaquetarios o plasma rico en plaquetas (PRP), aunque no se han demostrado todavía buenos resultados en esta patología, y parece ser más útil en los casos de roturas parciales con tendencia a no cicatrizar.
Hay muchas opiniones sobre el tratamiento fisioterapéutico que aplicar en una tendinopatía, hemos seleccionado un vídeo y un tratamiento de una clínica, en la que dicen tener eficacia en miles de pacientes con dicho protocolo a seguir.

En JIM Fisioterapia aplican EPI combinándola con radiofrecuencia, mesoterapia y vendaje funcional.

1º Realizan una exhaustiva historia clínica de Fisioterapia.
2º Evalúan ecográfica y funcionalmente la rodilla.
3º Tratamiento: EPI ecoguiada, radiofrecuencia o láser y ejercicio excéntrico (en el video se habla de estos ejercicios).
4º Pautas de ejercicio domiciliario excéntrico a diario durante 6 a 12 semanas, y con carga progresiva. Consiste en realizar flexiones (semisentadilla) con bajada lenta solamente con una pierna, que es la que trabaja en excéntrico el tendón.



En este vídeo explicativo encontrareis ejercicios indicados para la tendinitis rotuliana:







Fuentes:



sábado, 6 de diciembre de 2014

EL SÍNDROME DEL PIRAMIDAL

El síndrome del piramidal se produce debido a la compresión o pinzamiento del nervio ciático por hipertrofia o contractura del musculo piriforme, constituyendo un conjunto de signos y síntomas que se caracterizan por alteraciones sensitivas, motoras y tróficas en el área de inervación del nervio ciático. Este síndrome puede ser pasado por alto porque su presentación puede ser similar a la de radiculopatía lumbar o disfunción sacra.
Se considera que este síndrome es responsable de dos tercios de los casos de lumbociática crónica no discal.
La prevalencia parece mayor entre los 40 y 50 años y el cuadro es más común entre las mujeres que los hombres. Se ha postulado que esto ocurre debido a que las mujeres tienen con mayor frecuencia los pies y rodillas en valgo, lo que produce una alteración biomecánica en la pelvis que hace que el músculo trabaje con más intensidad y este se contracture e hipertrofie ocasionando un pinzamiento del nervio ciático, y en definitiva una ciática.
Esta misma cadena lesional ocurre en el corredor de fondo, ya que al cabo de muchos km los músculos de las piernas se van debilitando y pierden capacidad de estabilizar. Se produce una pérdida del arco longitudinal interno del pie (puente del pie), las rodillas se van hacia dentro (rodillas en valgo) y junto a todo esto se produce una anteversión de la pelvis, favoreciendo el pinzamiento del nervio ciático por el músculo piramidal.
También es una zona requerida en el gesto de la zancada amplia y también en los impactos que por irregularidades del terreno o por fuerte ritmo de entrenamiento sufre el corredor de fondo.
Se suele llamar a este síndrome falso ciático porque da sintomatología de ciática, pero no es causado por una afectación de nervio ciático a nivel de la columna vertebral. El nervio ciático está formado por las raíces nerviosas de la cuarta lumbar hasta la tercera sacra. Este nervio contribuye a suministrar tanto la sensación como el control muscular de la pierna. El músculo piriforme se encuentra justo encima del nervio ciático al salir de la escotadura ciática. El síndrome piriforme, a menudo diagnosticado como ciática, se produce cuando el músculo piriforme se tensa, presionando al nervio ciático y resultando los síntomas relacionados con el nervio irradiados hacia la pierna.

¿QUÉ SÍNTOMAS PRODUCE EL SÍNDROME PIRAMIDAL?

El diagnóstico del síndrome del músculo piramidal es fundamentalmente clínico.
El síndrome del piriforme puede conllevar dolor y parestesias en la región glútea, lumbar, ingles, periné, cadera, parte posterior del muslo, pierna y pie. El espasmo del músculo piriforme produce la compresión de las ramas del nervio ciático que, a menudo, provocan dolor y parestesias en la parte posterior de la pierna dando un cuadro de ciática o lumbociática. Las exploraciones complementarias (EMG, RMN…) sirven para descartar otras causas de verdadera ciática, lumbalgia o dolor trocantérico. En algunos casos el síndrome puede asociarse a un cuadro facetario o de estenosis foraminal.
El dolor puede ser crónico y empeora cuando se presiona firmemente el piriforme contra el nervio ciático como tras la sedestación prolongada debido a la rotación interna, flexión y adducción de la cadera o cuando exploramos al paciente presionando el músculo. Además los pacientes presentan dificultad para andar o al cruzar la pierna homolateral por encima de la otra. Esta pseudociática del piramidal es menos molesta y dolorosa que una verdadera ciática cuyo origen puede estar en una hernia discal a nivel lumbar y con la que habría que hacer el diagnóstico diferencial del síndrome del piramidal.
Los signos clínicos que pueden orientar el diagnóstico son:
·       Maniobra de Freiberg: se desencadena dolor en la nalga con la rotación interna forzada de la cadera en extensión de la extremidad.
·  Maniobra de Pace: la abducción contra resistencia de la cadera afectada, con el paciente sentado, genera el dolor.
·         Maniobra de Beatty: el paciente se coloca en decúbito lateral sobre el lado sano y con la cadera flexionada realiza un abducción del muslo afectado, manteniendo esa posición unos segundos, lo que desencadena el dolor en la zona glútea.

El diagnóstico diferencial se debe realizar con las siguientes patologías:
·         Bursitis isquioglútea
·         Bursitis trocantérica
·         Síndrome de isquiotibiales
·         Dolores procedentes de la articulación sacroilíaca
·         Cuadros similares provocados por otros rotadores cortos, ej: cuadrado lumbar
·         Hernia discal lumbar
CAUSAS DEL SÍNDROME PIRAMIDAL

La causa más común parece ser el trauma directo o trauma repetitivo de las adherencias de la nalga que causan micro cicatrices en la zona. Un dolor muy intenso puede ser causado, también, por una menor diferencia de longitud de las piernas, mala postura, que mantiene el músculo en tensión o miofibrosis que aprieta el músculo piriforme.
Las operaciones quirúrgicas en la región abdominal y la cadera a menudo provocan la formación de adherencias que alteran la estructura y dinámica del tronco, esto puede causar la disfunción y la retracción del músculo piriforme.
Rara vez los atletas sufren de este síndrome, siendo los corredores y los bailarines los atletas de mayor riesgo.
TRATAMIENTO DEL FALSO CIÁTICO

La primera etapa del tratamiento es analizar porque se contractura el músculo piramidal, ya sea por un mal gesto deportivo, mala postura en el trabajo o una alteración biomecánica de las piernas o de la pelvis.
En esta lesión la fisioterapia tiene un papel importantísimo para descontracturar el músculo y evitar que pince el nervio, realizando masoterapia profunda, estiramientos específicos, electroterapia analgésica (TENS, ultrasonido) y antinflamatoria. Se intentaran corregir las alteraciones biomecánicas y restaurar el funcionamiento adecuado del músculo. Si es un mal gesto deportivo se reeducara a un gesto menos estresante para el músculo, si es postural se enseñara al paciente una buena postura y si es una alteración biomecánica se reequilibrará la musculatura, fortaleciendo y estirando los músculos que intervengan en este desequilibrio. Por último si es una alteración biomecánica que tiene su origen en los pies, se tendrá que corregir la pisada con plantillas.
La medicina osteopática se encargará de hacer los ajustes necesarios de las articulaciones de los pies, rodilla, cadera, sacro y columna lumbar, con el fin de restaurar la biomecánica correcta de todo el sistema musculoesquelético.
Las infiltraciones guiadas por ecografía podrían aportar mejorías significativas.
En casos más rebeldes se podría realizar una inhibición del músculo con toxina botulínica durante 4 meses para que el nervio se recupere. La cirugía debe considerarse cuando fracasan los medios anteriores y consistirá en realizar una sección del músculo piramidal, con una neurolisis del nervio ciático, descartando previamente que la causa no esté en otros músculos rotadores cortos, como el cuadrado femoral.
ACTIVIDADES QUE SE DEBEN EVITAR Y CONSEJOS EN EL SÍNDROME PIRAMIDAL

Un componente clave es minimizar la actividad agravante. Se debe evitar en la medida de lo posible caminar cuesta arriba y escaleras. Evite las actividades como montar en bicicleta estática reclinada ya que esta posición pone el músculo piriforme en estiramiento. Sentarse con las rodillas más altas que las caderas es un agravante, el uso de una cuña de asiento puede ser útil para evitar esta posición.
La vuelta al deporte debe hacerse gradualmente. Son buenos consejos no meter la cartera en el bolsillo del pantalón, si duerme con bastante frecuencia y varias horas de sueño debe colocar una almohada entre las rodillas en posición lateral para mantener los músculos relajados.
Aquí os dejo un video explicativo:


Fuentes:
http://tulesiondeportiva.com/lesiones/cadera/sindrome-piramidal/
http://www.fisioterapia-online.com/articulos/que-es-una-falsa-ciatica


martes, 25 de noviembre de 2014

Espondilosis

La espondilosis (osteoartritis espinal) es un trastorno degenerativo que puede provocar la pérdida de estructura y función espinal normal. Aunque el envejecimiento es la causa primaria, la ubicación y el índice de degeneración es individual.
Aproximadamente el 80% de las personas con más de 70 años padece una espondilosis. Su movilidad se limita parcialmente en gran medida debido a la modificación degenerativa del esqueleto.

El proceso degenerativo de la espondilosis puede afectar  a todas las regiones de la columna (cervical, torácica, lumbo-sacra), afectando a los discos que la componen.
Los discos intervertebrales en estado sano actúan como amortiguadores entre cada uno de los cuerpos vertebrales y absorben las sacudidas, con el paso de los años su elasticidad se ve perjudicada debido al desgaste provocado por la edad o a una tensión continua. Los discos están compuestos de ánulo fibroso, lamela y núcleo pulposo. Los efectos degenerativos de la edad pueden debilitar la estructura del ánulo fibroso, haciendo que el "dibujo de los neumáticos" se desgaste o se desgarre. El contenido de agua del núcleo también disminuye con la edad, lo que afecta su capacidad de rebotar después de la compresión (es decir, la cualidad de absorber los impactos). Las alteraciones estructurales de la degeneración pueden disminuir también la altura del disco y aumentar el riesgo de una hernia discal.





La espondilosis causa la rigidez de la columna vertebral

En este proceso de transformación, las vértebras aumentan en sustancia ósea, y en la columna vertebral se forman osteofitos de distintos tamaños que pueden provocar la rigidez de los cuerpos vertebrales inmediatos. Esto significa que la columna vertebral deja de ser elástica en esta zona, pero se mantiene estable y protegida de una hernia discal. No obstante, la espondilosis también puede ejercer presión en las raíces nerviosas vecinas, de modo que determinados grupos musculares ya no pueden controlarse.

A parte de la rigidez, la osteoartritis espinal tiene otros síntomas como dolor en los hombros, pecho, brazos y dolor en el cuello. Dificultad para caminar, falta de coordinación, sensación de hormigueo en las manos, brazos, pies y piernas, reflejos reducidos y pérdida de la función intestinal y de la vejiga.





El entrenamiento periódico previene la espondilosis

Como ya hemos dicho antes, la espondilosis puede aparecer en cada zona de movimiento de la columna vertebral, sin embargo, las zonas de las vértebras cervicales inferiores y de las vértebras lumbares son las más afectadas, ya que son las que reciben la mayoría de la carga. Dependiendo del tamaño de la espondilosis aparecen limitaciones de la movilidad y dolores, si se quiere prevenir la enfermedad o evitar que avance, tras consultar con el médico deben practicarse periódicamente deportes de mantenimiento como nadar, correr, montar en bici o practicar gimnasia estabilizadora.


Tratamiento

En esta patología el tratamiento puede incluir cirugía, en caso de que el tratamiento conservador no consiga reducir los síntomas o cuando los mismos indican que existen daños neurológicos (debilidad en las extremidades, por ejemplo).

El tratamiento fisioterapéutico incluye, la reducción de la inflamación y del dolor con terapias manuales y en caso de que fuera necesario, medicamentos recetados por el médico. También podemos utilizar termoterapia y crioterapia para reducir el dolor y la inflamación. Cuando la persona presenta un dolor intenso, se recomienda reposo por un período breve (uno o dos días), seguido de un período de actividad limitada (también se pueden recomendar breves períodos de ejercicio ligero controlado).
La terapia física también puede ser indicada, para ayudar a aumentar la flexibilidad, la movilidad y fortalecer los músculos en el cuello, la espalda, los hombros y la zona del estómago, mediante movilizaciones, decoaptaciones, ejercicios de cadenas cinéticas, isométricos…

   
 Fuentes: 



jueves, 20 de noviembre de 2014

¿Qué es la fibromialgia?

En esta segunda entrada de nuestro blog hemos pensado hablar un poco de la fibromialgia ya que es una enfermedad que esta al orden del día y cada vez hay más personas que la padecen y la mayoría de las personas desconocen de que va esta enfermedad y esperamos que gracias a esta entrada la descubran un poco más.

La fibromialgia es una enfermedad de origen ideopático y crónica que se caracteriza por dolores en múltiples localizaciones del cuerpo, rigidez y debilidad de los músculos, los tendones y articulaciones, y un cansancio generalizado. También se caracteriza por un sueño inquieto, un despertar con cansancio, fatiga, ansia, depresión y molestias de la función intestinal. Puede interferir con la capacidad de la persona para realizar las actividades diarias.

En la actualidad la fibromialgia la sufren entre 400.000 y 1.200.000 de españoles, principalmente mujeres entre los 30 y los 60 años de edad.


Afectan predominantemente a mujeres (más del 80%), y con menos frecuencia a los hombres, los niños y los ancianos. Hay personas que desarrollan la enfermedad sin causa aparente y en otras comienza después de procesos identificables como puede ser una infección bacteriana o viral, un accidente de automóvil o en otros casos aparece después de que otra enfermedad conocida limite la calidad de vida (artritis reumatoide, lupus eritematoso, etc.).

No existe una causa conocida de la fibromialgia, pero recientes investigaciones han revelado nuevos factores relacionados con esta enfermedad. Los pacientes afectados de fibromialgia tienen niveles elevados del neurotransmisor “sustancia P” y de factor de crecimiento de nervios en el líquido espinal.

Ellos tienden a tener bajos niveles de serotonina y reducida etapa del sueño NO REM (movimiento no rápido de los ojos), lo que probablemente explica la común característica de despertarse cansados y no descansados.
Estos agentes desencadenantes no parecen causar la enfermedad, sino que lo que probablemente hacen es despertarla en una persona que ya tiene una anomalía oculta en la regulación de su capacidad de respuesta a determinados estímulos.

La fibromialgia se reconoce como un síndrome, lo que significa que el reumatólogo la identifica cuando encuentra en una persona determinada unas alteraciones que concuerdan con las que han sido previamente fijadas por expertos para su diagnóstico. La enfermedad no tiene curación definitiva. El objetivo del tratamiento es mejorar el dolor y tratar los síntomas acompañantes, para conseguir una gran mejoría en la calidad de vida de la persona con fibromialgia.

Es un trastorno no siempre fácil de reconocer, porque los síntomas pueden variar de persona a persona y porque muchos de los síntomas recuerdan otras enfermedades. Para complicar la situación, no existen pruebas diagnosticas específicas.
Lo único que tenemos es que cuando hay dolor es posible encontrar puntos sensibles (trigger points), localizados en el cuerpo del paciente  y cómo puntos dolorosos encontramos de forma más acertada de "diagnosticar la fibromialgia".



El dolor de esta enfermedad no está causado por la inflamación. Más bien, los pacientes parecen sufrir de una mayor sensibilidad a muchos estímulos. Prácticamente, el umbral del dolor es menor. En general, los dolores son difusos y afectan a ambos lados del cuerpo, pero especialmente el cuello, las nalgas, los hombros, los brazos, la espalda baja y el pecho. También a veces, la percepción del dolor puede empeorarse por estímulos externos, tales como el ruido, el cambio de clima, fuentes de luz, estrés muy intenso y emocional.

Para los pacientes que padecen esta enfermedad la calidad del sueño puede ser particularmente importante, visto que sus horas de sueño más bien, perturbado, agitado, no continuado, hace en sí que no consigan entrar en esa fase de sueño profundo que es lo que realmente podría ayudar a aliviar al paciente de sus molestias y que lo único que consiguen es levantarse por la mañana con sensación de fatiga muscular, como si hubieran trabajado toda la noche.
Más de la mitad de los pacientes con fibromialgia, experimentan trastornos cognitivos y del estado del ánimo: déficit mnemotécnico. Otros síntomas posibles son dolores de cabeza, dolor de cabeza tensional, entumecimiento en diversas partes del cuerpo, intestino y la vejiga irritable, con consecuente necesidad de orinar con frecuencia.

Oficialmente no hay tratamiento específico para esta enfermedad. Se tiene que educar al paciente a intervenir sobre el estrés y a practicar una regular pero no extenuante actividad física, como la natación, gimnasia acuática, senderismo y ciclismo. La actividad física he constatado que mejora los puntos de dolor, mejora el tono físico y el estado anímico y, no menos importante, sino que también mejora el sueño.
Es muy importante que tanto el enfermo como su familia comprendan que se trata de un enfermedad real, ya que tras el peregrinaje de especialistas, acaban dudando de las molestias del propio enfermo. Otro motivo desencadenante de la fibromialgia es una excesiva preocupación por los pequeños problemas de la vida diaria. Por esto se recomienda a la familia y al enfermo un cambio de mentalidad, asumiendo las dificultades de la vida e intentando disfrutar de las pequeñas cosas de la vida. La obesidad, por otra parte, puede resultar un factor de sobrecarga del sistema músculo-tendinoso que no va a beneficiar, en absoluto, la recuperación del paciente. 

La fisioterapia asume un papel importante en esta enfermedad. El tratamiento se lleva a cabo en los momento de exacerbación de la patología. Las técnicas que vamos a emplear serán la masoterapia (superficial y lenta), termoterapia (lámparas solares e infrarrojos) e hidroterapia (duchas de agua caliente a presión sobre la zona dolorida). No hay que olvidar que los estiramientos con frío pueden resultar muy eficaces en algunos pacientes. Por otra parte, suele resultar una contraindicación la práctica de un masaje descontracturante o estimulante, ya que aumenta el dolor. 

No obstante, el mejor tratamiento que le podemos ofrecer a los paciente con fibromialgia, suele ser la comprensión, ya que responderán automáticamente de forma positiva cuando perciban interés por su mejoría. Esa empatía necesaria para ejercer con profesionalidad nuestra labor, bastante más económica que los modernos tratamiento y, muchas veces, más que olvidada.

Fuentes: http://www.fisioterapia-online.com/articulos/la-fibromialgia-que-podemos-hacer
http://www.ser.es/pacientes/enfermedades_reumaticas/fibromialgia.php
http://www.efisioterapia.net/articulos/la-fisioterapia-la-fibromialgia